Mis últimos dos años en libros

1 ago 2019


Después de dos años complemente desaparecida de blogger, el bichito de escribir que me mantenía tan pendiente de esta comunidad y del mundo lector años atrás volvió atacar. Últimamente me he encontrado a mi misma con las ganas de volver a refugiarme en los libros y escribir sobre lo que leo, que ha sido poco, pero la verdad que se siente como un gran logro el poder agarrar un libro y sumergirme en la historia hasta el punto de no parar incluso para dormir; hace años que no vivía eso y lo extrañé demasiado. En fin, que estoy muy feliz de volver y de poder abrir un libro y perderme (que igual me he perdido con otras cosas estos últimos dos años, pero no es lo mismo).

Para romper el hielo con brevedad, les traigo un recuento de las lecturas que he hecho en lo que va de este año, que apenas son tres y orgullosa les cuento.
La senda del perdedor de Bukowski fue una lectura obligatoria que tuve que realizar para mi curso de literatura contemporánea en la u, y también fue el único libro que conseguí terminar de los dieciséis que hubieron durante todo el curso (para los curiosos: sí, aprobé, porque benditos sean los resúmenes y el rincón del vago). Nunca había leído nada de este autor con anterioridad, y a decir verdad, su persona no me agrada mucho, por lo cual dudaba que lograse disfrutar su obra. Más equivocada imposible. Cada pedacito de la historia de Henry Chinaski logró conquistarme por completo, un hijo de de inmigrantes alemanes creciendo en medio de una sociedad tan jodida como la de los Estados Unidos en los 50. Si tuviera que describirla en una sola palabra, sería cruda. Cruda como ninguna.



Otro de los libros que cambia completamente el panorama mis lecturas de este año fue La loca de la Casa, de la hermosa Rosa Montero.
Hace meses me enteré que Rosita vendría a Lima para la feria del libro, y como buena desconocida de su prosa, me atreví a comenzar a leerla con su libro más "personal", aunque tampoco es así. Esta historia nos relata una serie datos sobre la escritura a través del tiempo, y el escribir en general, colando una que otra anécdota personal de la autora dentro de sus páginas (o no).
Tuve el placer de conocer a Rosa hace una semana y he de decir que me encontré con la misma voz y persona que leí en esta novela. 

Mi lectura más reciente y una de las más anticipadas me la encontré en The Five Stages of Andrew Brawley, un libro que va en lo YA (género que no leía hace uff) y que me gustó mucho mucho. Lo pedí hace un tiempo haciéndole caso a la reseña de Nina, una de las pocas bloggeras de las cuales me apunto todas las recomendaciones, y no me arrepiento nada. 
La historia va principalmente de dolor y muerte, de familia, amistad y enfermedad. Me gustó mucho el realismo que se encuentra en sus páginas, y el exceso de self-pity que comparto con Drew. 

Estas son las últimas tres historias en las que me sumergido en lo que va del año, y aunque apenas son tres libros, han hecho que mi año lector se sienta realizado. 
Actualmente estoy comenzando con El nombre del viento, (me muero por algo de heavy fantasy) y ya me veo con el mismo tocho por el resto del mes, pero al menos ya bajó la nube negra que llevaba los libros durante todo este tiempo.

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